Barones del PP ven "un error" el plante de Ayuso porque "no ayuda a que el mensaje sea efectivo" y Moncloa lo celebra

El jueves, la dirección nacional del PP les trasladó a sus 11 presidentes autonómicos una idea: que todos ellos pidieran elecciones en la Conferencia de Presidentes, para evidenciar la «potencia autonómica» de un partido que en esos territorios gobierna al 71% de los españoles. Querían mandar un mensaje de calado discursivo, sí, pero también institucional. Los barones lo hablaron entre ellos y les pareció muy bien. «Íbamos a ganar el relato frente a vivienda y a los pinganillos», apunta a este diario uno de los propios implicados.
La estrategia era dar un aldabonazo 48 horas antes de una manifestación en la que Alberto Núñez Feijóo va a pedir el fin de la era Sánchez Así lo hicieron, uno a uno, y en verdad fue el movimiento de mayor peso político de la jornada, pero no el que más acaparó los focos. La atención mediática se centró con mayor intensidad en los rifirrafes de la presidenta de la Comunidad de Madrid con la ministra de Sanidad y, sobre todo, con el lehendakari vasco, Imanol Pradales, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa.
Ayuso se fue de la sala durante los discursos de estos dos últimos en euskera y catalán, en un gesto que no gustó demasiado a sus propios compañeros de filas. Algunos de ellos, consultados por EL MUNDO, lo consideran «un error», porque contribuyó a «desviar el relato» hacia donde lo quería La Moncloa. Todos los barones del PP comparten con Ayuso la crítica al uso de pinganillos en una reunión a puerta cerrada entre dirigentes que hablan el mismo idioma, pero muchos no ven tan positivas las formas y el «protagonismo deliberado» de la presidenta madrilleña.
«No se tenía que haber levantado. Lo que le ha hecho a la ministra de Sanidad me parece fenomenal: con valentía le ha dicho que si iba a darle dos besos "a una asesina", pero levantarse de la sala en una Conferencia de Presidentes es querer tener un protagonismo que no le corresponde», juzga en privado uno de los presidentes autonómicos del PP. «Al final, ella busca el protagonismo, ya está. Lo ha anunciado y lo ha hecho. Ha sido un protagonismo deliberado, no improvisado», analiza.
En otras baronías populares se quejan de que su mensaje ha quedado algo opacado por la gestualidad de Ayuso, pero sobre todo lamentan que no haya habido una unidad de acción institucional completa. Diez de los 11 presidentes del PP prefirieron no hacer el desplante.
«Es un error, porque si luego Rueda habla un poco en gallego y Prohens y Mazón en catalán, como han hecho, hay mucha gente que no lo entiende», apunta otro de los presidentes. Se refiere a que Ayuso sí ve bien que el saludo se haga brevemente en la lengua cooficial, pero no el discurso entero. Y ese matiz no permea fácilmente en la opinión general, que se queda más fácilmente con el desaire total.
«Este tema lo hemos gestionado regular. Hubiera sido deseable un poco más de coordinación entre nosotros», explican fuentes autonómicas. «Sabíamos que el Gobierno quiere que se hable de los pinganillos porque ya ha comprobado en el Congreso que se genera mucho debate. Lo hacen para dividir, y no deberíamos entrar a ese trapo», añaden.
«Ha sido una cuestión de efectividad en el mensaje» y no de diferencias entre barones. «Levantarse de la mesa no ayuda a que nuestro mensaje sea efectivo», zanja otro de los líderes consultados.
En La Moncloa celebran las tensiones de la Conferencia porque creen que «han fracturado el PP». «Ayuso le ha pegado una patada al tablero, también al del PP. No hay manifestaciones en Badajoz en contra del catalán; a la gente le da igual, la gente no odia las lenguas cooficiales. Lo que ha pasado en ningún caso nos perjudica, porque los socialistas y progresistas en su ADN llevan estar favor de la pluralidad lingüística». «Y, sin embargo, Rueda o Prohens defienden la pluralidad y usan las lenguas cooficiales. Los ha puesto en situación complicada», rematan.
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